Realizada a veces al principio de la peregrinación, a veces al final de la misma, y sin ser una parte obligatoria de la misma pero absolutamente recomendable y realizada por prácticamente la totalidad de peregrinos, y recomendada de manera muy fuerte por el mismo Profeta (Paz y Bien sean con él), la visita a la ciudad y a la mezquita del Profeta es algo desbordante e inolvidable.
Allí compruebas la realidad de los profetas, pues no está localizado el cuerpo de ningún creador de ninguna religión ni de ningún otro profeta excepto Muhammad (Paz y bendiciones sean con él). Su tumba y su ciudad son una prueba innegable de su existencia: además, el ambiente y la Luz de la ciudad te hacen notar su herencia, presente en cada musulman sincero y que a partir de ahora trataremos en el blog.
La vida y obra del Profeta quedan inmortalizadas en el mundo y el origen está en la ciudad de Medina Al Munawara (La ciudad Iluminada), a unos pocos de cientos de kilómetros de la Mecca. De ahí la visita.
Son días de reflexión, de atención interior y exterior, de búsqueda, de estar atentos en la ciudad y en nosotros acerca de lo que se nos muestra y depende de lo que llevemos dentro encontraremos una cosa u otra.
Os dejo con unas fotos para que os acerquéis a la Realidad de la ciudad del Profeta. Próximamente hablaremos de la importancia de esta ciudad, pues a partir de la Emigración del Profeta desde la Meca hasta esta ciudad, se empezó a contar el tiempo en el calendario musulmán. Bienvenidos al origen. Bienvenidos a vuestra casa. Bienvenidos a Medina, la ciudad Iluminada.
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